La bicicleta como medio de transporte: sobre dos ruedas por la ciudad.
2 marzo 2011
La bicicleta es un medio de transporte barato, fácil de usar, con un coste inicial y un gasto de mantenimiento muy bajos. Además no necesita fuentes de energía contaminantes. Es por ello una de las formas de transporte más sostenibles para recorridos cortos o medios en una ciudad: si a eso le sumamos que es un estupendo ejercicio cardiosaludable, las ventajas frente al uso del coche en muchos de nuestros desplazamientos cotidianos son evidentes.
El uso de la bicicleta para moverse por la ciudad sigue siendo, no obstante, una asignatura pendiente para muchos madrileños. Es cierto que poco a poco se van incorporando nuevos usuarios que se lanzan a la aventura sobre dos ruedas, pero recientemente se ha publicado que los desplazamientos en bici siguen suponiendo sólo un 0\"6 por ciento del total. A la hora de plantearse su uso, muchos madrileños siguen teniendo la idea de que la bicicleta es un medio de transporte poco práctico e incluso inseguro... el tráfico de Madrid supone el mayor escollo para que amplios sectores de población se planteen siquiera coger la bici. La percepción de que es peligroso lanzarse entre los coches sobre un elemento tan frágil en una ciudad como la nuestra es, por desgracia, todavía bastante común. Por otro lado, conviene recordar que en Madrid está prohibido circular por las aceras en bicicleta, lo que deja la calzada y los carriles-bici como las dos únicas superficies reglamentarias por las que transitar.
¿Qué se podemos hacer para mejorar este panorama? Además de las medidas que pueden impulsar las instituciones, en los últimos años están surgiendo varias iniciativas ciudadanas, como el plano de calles tranquilas que marca las rutas con menos tráfico, calles secundarias y con poca pendiente que cruzan la ciudad en malla. En asociaciones y grupos que impulsan el uso de la bici, recientemente han lanzado iniciativas en las que voluntarios enseñan al novato a circular por las calles de una manera segura.
Entre las medidas que se pueden hacer desde el planeamiento urbanístico para animar a nuevos usuarios a utilizar la bici, cabe destacar la pacificación del tráfico con un viario jerarquizado y la implantación de carriles-bici pensados para el transporte. Cuando estos están correctamente dimensionados, diferenciados de las zonas peatonales y no sólo pensados para el ocio y el deporte, su presencia facilita enormemente el que un número creciente de ciudadanos opten por la bici frente a otras formas de transporte menos sostenibles. Para ello, el diseño de los mismos es un elemento fundamental: un trazado en malla para llegar rápidamente a distintas zonas y conectar con el transporte público, un ancho adecuado, separado de coches y peatones, o incluso, si se implantan en una zona de nuevo planeamiento, el poder duplicarlos por cada calle para que cada uno tenga una sola dirección y así hacer más cómodo su uso.
Desde aquí queremos lanzar a los que nos leéis la idea de que la bicicleta es el futuro de la movilidad en nuestras ciudades, combinada con el transporte público y los desplazamientos a pie. La reducción de la dependencia del coche de cada vez más ciudadanos sólo traerá beneficios: reducción de la polución, del ruido, e incluso un considerable ahorro diario de tiempo en atascos.
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